Tras el fallecimiento del Papa Francisco, el mundo ha comenzado a recordar no solo su legado espiritual, sino también los aspectos más humanos y entrañables de su vida. Entre ellos, su afición por la música, que sorprendió al mundo por su amplitud y profundidad. A través de una playlist que abarca desde clásicos religiosos hasta rock progresivo, el Papa mostró que la espiritualidad también vibra al ritmo de notas inolvidables.
El Papa Francisco Un líder espiritual con alma musical
Aunque siempre se le vio como un pontífice austero y comprometido con los más necesitados, el Papa Francisco también dejó entrever su amor por la música, un arte que consideraba un puente hacia lo divino. En una entrevista con la revista italiana La Repubblica, el Papa expresó que la música “es uno de los mayores dones de Dios”.
En su lista de canciones favoritas destacan piezas clásicas como Et Incarnatus Est, de Mozart, una obra que, según él mismo confesó, lo hacía sentir “la presencia de Dios”. Pero lo más llamativo fue su aprecio por géneros menos asociados al Vaticano, como el rock y el tango argentino, reflejo de sus raíces porteñas.

Playlist de fe y música
En 2015, se publicó una playlist del Papa Francisco en la plataforma Spotify bajo el título “Wake Up!”, un álbum oficial del Vaticano que mezclaba homilías con música contemporánea. Este lanzamiento marcó un hito en la forma en que el Vaticano se conecta con los jóvenes, llevando el mensaje papal a través de una experiencia auditiva moderna.
Entre las canciones que marcaron su vida y papado destacan:
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Perfect Symphony – Ed Sheeran & Andrea Bocelli
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Gracias a la Vida – Mercedes Sosa
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Don’t Cry for Me Argentina – Madonna (por su carga emocional y conexión con su país)
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Leoncavallo – Mattinata
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Ennio Morricone – Gabriel’s Oboe (tema de La Misión, película favorita del pontífice)
Cada una de estas canciones, lejos de ser una elección trivial, refleja momentos clave de su vida: el compromiso con los pobres, el amor por su tierra natal y su sensibilidad estética.
México: tierra de fe y música.
Durante su visita a México en 2016, el Papa Francisco no solo dejó una huella espiritual profunda, sino que también demostró su aprecio por la riqueza musical del país. En varias de sus apariciones públicas se dejó ver visiblemente conmovido por las interpretaciones del Cielito Lindo, los mariachis y los coros indígenas que le dieron la bienvenida con cantos tradicionales. En la Basílica de Guadalupe, donde celebró misa ante miles de fieles, elogió la forma en que la música mexicana expresa el alma del pueblo, llamándola “una oración cantada”. Este gesto reforzó su imagen como un líder espiritual cercano, que sabía escuchar no solo con los oídos, sino con el corazón.

Una conexión espiritual a través de la música
El Papa Francisco veía en la música un instrumento para acercarse a los jóvenes y tender puentes entre culturas. Su apertura musical fue interpretada por muchos como una forma de romper barreras generacionales, acercando la fe a una audiencia global con sensibilidad moderna.
Su legado musical sigue inspirando a creyentes y no creyentes, recordando que el arte, cuando es sincero, trasciende los dogmas y se convierte en oración universal. Esta faceta del pontífice refuerza la imagen de un líder espiritual cercano, humano y profundamente conectado con su tiempo.
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