La colaboración entre Anitta y The Weeknd en la canción “São Paulo” ha generado gran expectativa, lanzándose precisamente en la víspera de Halloween. Este tema trae un sonido oscuro y experimental, donde ambos artistas exploran su lado más misterioso y perturbador. La canción, inspirada en el funk brasileño de “Bota na Boca, Bota na Cara”, mezcla un ritmo envolvente con una estética visual que intensifica el ambiente siniestro que caracteriza a la colaboración.
Funk brasileño en una faceta oscura de Anitta y The Weeknd
La canción fue presentada oficialmente en São Paulo, ciudad que da nombre al tema y que conecta con las raíces musicales de Anitta, al fusionar el funk brasileño con la producción vanguardista de The Weeknd. Desde los primeros segundos, el ritmo de “Bota na Boca, Bota na Cara” se deja sentir, creando un contraste entre lo familiar y lo espeluznante. Esta esencia inquietante se percibe en cada detalle, reflejando una faceta más sombría de ambos artistas, en un estilo que The Weeknd ha perfeccionado a lo largo de su carrera y que Anitta complementa con su toque latino y urbano.
Mike Dean, la clave del junte entre Anitta y The Weeknd
La colaboración no fue casualidad. Fue el productor Mike Dean quien impulsó esta unión artística, planteando la inclusión de Anitta en un tema originalmente concebido para The Weeknd. Lo que inició como una invitación para que la brasileña interpretara algunos versos, evolucionó hasta transformarse en un proyecto completo gracias al entusiasmo y la química musical entre los dos artistas. Según Mike Dean, Anitta sorprendió con su propuesta vocal, tanto que su contribución sirvió como base para la versión final de “São Paulo”, logrando una de las colaboraciones más impactantes del año.
Puede leer También:
«Jackpot» de Belinda y Kenia OS Todo un Éxito.
Recuerda Nuestro Ecosistema Digital:
Auxiliar y Asesor de Contenidos Digitales y de Producción en El Valluno Medios
Profesional dinámico y creativo con formación en diseño gráfico, egresado del Politécnico de Occidente en Cali.
