Bogotá vibró con uno de los conciertos más potentes del año: Maluma cumplió su sueño de cantar en El Campín, en un show donde no solo brilló su talento, sino también su lado más humano. Con una producción de talla internacional y rodeado de estrellas, el paisa dejó claro que está en el mejor momento de su carrera… y de su vida.
Maluma y un mensaje que impactó.
El público esperaba reguetón, luces y fiesta, pero se llevó también una lección de vida. En medio del espectáculo, Maluma bajó el ritmo, pidió silencio y, acompañado de un teclado suave, compartió un testimonio honesto sobre la depresión y la ansiedad.
“Enfrentar la ansiedad, afrontar la depresión, es muy difícil, yo lo sé”, expresó, visiblemente emocionado. “Si se quieren dar la oportunidad de mirarse al espejo, tener valentía y enfrentarla, créanme que va a ser un logro inmenso”. Su discurso fue recibido con aplausos, lágrimas y un silencio respetuoso que llenó el estadio más que cualquier beat.
Este momento no solo humanizó al artista, sino que abrió un espacio valioso para hablar sin tabúes de salud mental. Maluma, que reconoció haber tocado fondo en medio del éxito, se convirtió en una voz que motiva a otros a no rendirse.
Un espectáculo 360 con sello Maluma.
El Campín no había vivido algo así. Durante más de tres horas, Maluma ofreció un concierto envolvente, con tecnología de punta, pantallas gigantes, sonido impecable y una tarima 360° que permitió a cada asistente sentirse parte del show.
En escena, lo acompañaron artistas como Carlos Vives, Bacilos, Andrés Cepeda, Felipe Peláez, Pipe Bueno, Ryan Castro, Luis Alfonso, Wolfine, DFZM, Noriel y el dúo Golpe a Golpe. Cada uno aportó su estilo, fusionando vallenato, salsa, música popular y reguetón en una noche sin pausas.
El repertorio fue un viaje por los mayores éxitos del paisa: Felices los 4, Hawái, ADMV, La temperatura y Sobrio sonaron con fuerza, mientras el público coreaba cada palabra. Cada canción estuvo acompañada de una producción visual impresionante, pensada al milímetro para emocionar.
El corazón de Maluma en casa.
Este concierto no fue uno más en la gira Don Juan World Tour. Para Maluma, presentarse en Bogotá fue el cumplimiento de una meta personal: “Este es uno de los conciertos más importantes de mi vida”, dijo con la voz entrecortada.
El show en la capital no solo puso a Bogotá en el mapa mundial del espectáculo, sino que también reafirmó la evolución de Maluma como artista integral. Lejos quedó el joven provocador de sus inicios. Hoy, Juan Luis Londoño (su nombre real) es un embajador del talento colombiano, que no teme hablar de sus caídas ni de sus batallas internas.
En su despedida, dejó un último mensaje: “Si están pasando por situaciones difíciles, mírense al espejo y digan: ‘Vos no sos más grande que yo’”. Palabras que retumbaron más allá del estadio.
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